17 de octubre de 2013

Notas

Ya que últimamente dibujo poco voy a ir publicando los mini relatos que tengo por ahí escritos con su correspondiente dibujo, a ver si así me animo a coger el lápiz. He modificado la entrada "Aprendiz de brujo" para añadirle su relato. La mayoría están inspirados en el mundo Warcraft.
Espero os gusten. ^_^

4 de mayo de 2013

Derrota

Un dibujillo que hice en el curro. Lapiz en b4


Aprendiz de brujo

Un viejo dibujo que me decidí a meterle color y el relato que inspiró este personaje. Sigo con mi eterna pelea con Photoshop.



Aprendiz de brujo.

La oscuridad era total. Lentamente recuperaba la consciencia. Era incapaz de moverse y  abrir los ojos. Apenas le quedaban fuerzas para lamentarse, lo único que podía sentir era el tremendo zumbido de su cabeza y aquella sed atroz.

Sintió que alguien le zarandeaba y le daba de beber algo amargo. Poco a poco un mundo en espiral empezó a formarse a su alrededor, todo le daba vueltas. Intentó abrir los ojos, solo pudo abrir uno. Lo primero que vio fue el rostro peludo de la Tauren que lo sostenía entre sus brazos.


-¡¿Pero que has hecho Zeht?! – Pensó el elfo brujo alarmado - ¡Maldito festival de invierno! ¡Maldita cerveza Gobling!- Comenzó a quejase de forma casi agónica.


  No era la primera vez que después de una noche de juerga despertaba en los brazos de una dama, pero aquello…aquello significaba haber traspasado la línea de las necesidades puramente fisiológicas.

Un gruñido infernal taladró su cerebro. El Abisario esbirro del joven brujo, oyendo los lastimeros quejidos y creyendo a su amo en peligro se abalanzó sobre la tauren.



-Aaaahrg – Se quejó el elfo llevándose las manos a la sien. Si no cesaba aquel bramido de inmediato le estallaría la cabeza. Con un gesto rápido  retiró a su esbirro antes de que atacara a la Tauren.



  El alarido del Abisario le había destrozado las maltrechas neuronas que aún le quedaban. Hizo un esfuerzo por abrir los ojos de nuevo, consiguió hacerlo lo suficiente como para ver que no se encontraba en ninguna alcoba. ¡Uf, menos mal! ¡Aun llevaba la ropa puesta! Incluso llevaba un tabardo de hermandad.

 No recordaba pertenecer a ninguna logia. Llevaba poco tiempo en Entrañas, ciudad a la que se había trasladado para especializarse en las artes nigrománticas. No había dedicado tiempo a procurarse una hermandad hasta el momento, al parecer.



El enorme torbellino de su cabeza se iba calmando. El pelaje de la tauren era muy suave y desprendía un agradable aroma dulzón. Se estaba bien entre aquellos enormes brazos. Se relajó y empezó a divagar “igual…después de todo…no hubiera estado mal… ¡¿Pero que dices  Zeht?! ¡Menudo pedo pillaste anoche!”



-¿Te sientes mejor? – La grave voz de la Tauren interrumpió sus caóticos pensamientos reavivando la dolorosa punzada.



-Ten piedad y déjame morir aquí – dijo el joven elfo con un gesto de dolor.



-¡No digas tonterías Sindorei! ¡Nadie se muere de resaca! ¡Bebe un poco más, venga!- le acercó la pócima a los labios.



-¡Que asco! – exclamó Zeht.



 Si daba un trago más a aquel potingue vomitaría, en caso de que le quedara algo en el estómago cosa que dudaba. La mayoría de los alquimistas no perdían el tiempo encubriendo el mal sabor de sus brebajes, aquella pócima estaba especialmente repugnante. Se incorporó. Pudo ver que se encontraba en el gran patio exterior. La noche anterior había estado de taberna en taberna celebrando el festival de invierno con sus compañeros de estudios. Lo último que recordaba era haberse echado un mano a mano con un Renegado. ¡Normal que acabase como acabó! Los no-muertos no se emborrachan. ¿Cómo van ha hacerlo? ¡Están muertos!

Mientras ponía en orden sus ideas, la Tauren comenzó a preguntarle y a contarle que estaba buscando a un pariente. Todo aquello le importaba un pimiento a Zeht pero la buena educación recibida le impedía ser grosero, aunque ganas no le faltaban. Le prometió que la ayudaría en su búsqueda y le habría prometido que se casaría con ella con tal de que se callara. Aquella voz de soprano martilleaba su maltrecho cerebro de forma dolorosa.

Después de que la tauren le escribiera unos nombres y unas direcciones en un papel consiguió que  se marchara.

¡Por fin silencio! Estaba deseoso de llegar a sus aposentos, darse un baño, un afeitado y preparar el elixir de invención propia que usaba para ocasiones como esa.

Con gesto distraído fue a guardarse el trozo de papel en un bolsillo de su elegante toga de terciopelo negro. Ya estaba ocupado. Sacó de él un pergamino doblado y leyó: “Contrato de reclutamiento - Hermandad  Legión oscura”. Suspiró profundamente.



- Espero no haberme metido en un lío. – Pensó mientras se levantaba tambaleante.



Después de varios intentos consiguió invocar a su montura.



- ¡Vaya facha! ¿Otra vez de fiesta, eh amo? Hiiijijijiji – relinchó riendo el corcel vil.



- No me des la brasa – Zeht se agarró de sus crines y con mucho esfuerzo, pues cada movimiento era una agonía, se montó en su grupa.



- ¡Y supongo que ahora me toca llevarte de vuelta! – El corcel parecía entre molesto y divertido de ver a su amo en tan lamentable estado.



- Los caballos no hablan ¿sabes?



- ¡¡No soy un vulgar equino!! – Relinchó el corcel indignado mientras se ponía en marcha - ¡Soy un Corcel Vil! ¡Un demonio! ¡Y los demonios hablamos! Otra cosa muy diferente es que queramos dignarnos a dirigirles la palabra a los crueles amos que nos han arrancado de nuestro mundo para convertirnos en sus esclavos y…



- ¡Oooooh, mi cabeza! – gimió Zhet de forma lastimera.



- … obligándonos con sus humillantes órdenes…- seguía relatando el corcel.



- ¿Insinúas que te trato mal? – Le interrumpió el brujo.



- ¡Oh! Discúlpeme mi joven amo por considerar el ser invocado un claro atentado a mi libertad y mis derechos como individuo  que blablabla…

  Y así continuó la porfía entre jinete y montura mientras se adentraban en los oscuros túneles que conducían al corazón de la vieja ciudad subterránea.

                                                      fin


...Y sí, lo confieso: soy una jugona del World of Warcraft.

19 de marzo de 2013

Ilustración inacabada: Rumba en admofera cero.

Este dibujo lo hice hace una par de años para ilustrar la canción de Lori Meyers del mismo titulo pero soy incapaz de meterle color, así que ahí se ha quedado. Lo entinté con la tablet pero desistí.

8 de marzo de 2013